Las máquinas que remueven la tierra avanzan entre calles polvorientas, rodeadas de viviendas, algunas modestas y otras más amplias. Detrás, el cerro custodia la escena como un gigante silencioso. El ir y venir de operarios, el aumento del tránsito vehicular y el ruido de las obras de construcción alteraron la rutina de los vecinos de San José, una de las zonas que más está creciendo dentro del departamento de Yerba Buena.
El movimiento es intenso y constante. Para muchos habitantes del lugar, representa un motivo de ilusión. San José fue, durante décadas, un sector olvidado, con servicios precarios y calles convertidas en barriales con cada lluvia.
Una de las arterias que está cambiando su fisonomía en estos días es la San Martín, una diagonal clave que une el Camino del Perú (a la altura de un corralón) con la avenida Fanzolato, atravesando dos barrios completos. La creciente circulación por esta vía, utilizada por quienes intentan esquivar el congestionado Camino del Perú, motivó la decisión de las autoridades de pavimentar las cuadras que aún eran de tierra.
Lo bueno y lo malo
De alguna forma, según los vecinos, un mayor volumen de vehículos por los caminos internos de San José ha ido empujando varias mejoras en esta zona norte de Yerba Buena. ¿Quiénes usan estas vías alternativas? Generalmente, son los residentes de Cevil Redondo, Lomas de Tafí y Tafí Viejo, que buscan un atajo hacia la “Ciudad Jardín”.
En una esquina recién asfaltada, en San Martín y avenida Central, Rosario Martínez barre las hojas mientras observa la nueva calle. Admite que todavía no puede creerlo. “Esto es un avance, claro, pero hay muchas cosas por hacer. Aquí estuvimos olvidados por mucho tiempo”, resume la vecina del barrio San José III.
Las mejoras también se notan en los espacios públicos. A pocas cuadras, en el barrio El Bernel, acaban de inaugurar la Plaza Gendarmería. Se suma a otras plazoletas que se acondicionaron recientemente en el marco de las obras de pavimentación.
Esa postal contrasta con la parte más antigua de San José, donde aún predominan calles de tierra, veredas inexistentes, malezas y un canal repleto de basura. “El progreso debería llegar para todos”, reclaman Cristian Verón y Micaela Ramírez, que han caminado varias cuadras desde su casa en el barrio San José III para disfrutar de un espacio público en buenas condiciones.
Elizabeth Naranjo organiza la mercadería mientras atiende a los clientes. Tiene un almacén en su casa, en el barrio El Bernel. Valora el inicio de las obras de asfalto porque hasta ahora vivían “tapados de tierra”. Sin embargo, advierte que quedan necesidades básicas sin resolver. La basura desparramada en la zona y la inseguridad es lo que más le preocupa, también que el transporte público es insuficiente, ya que por ahí pasa una sola línea de colectivos, y que encima tiene una frecuencia muy baja. “Se están vendiendo terrenos, altamente cotizados, en una zona con muchas carencias”, remarca.
Laura Corrales, que se mudó hace poco a un duplex, está encantada con el lugar: le gusta el paisaje y que está cerca del centro de Yerba Buena y de la capital. Reniega porque en algunos horarios se congestionan la avenida Fanzolato y la calle Frías Silva, que usa a menudo para ir hacia el Camino del Perú.
“Cada vez hay más negocios, más barrios nuevos, más autos”, describe Gabriel Ymola, quien trabaja en una panadería. Marian Gutiérrez, de otro comercio, coincide con él. Detrás del mostrador, atiende a toda hora a los obreros de los nuevos barrios que se están construyendo a ambos lados de la avenida Fanzolato.
“Todavía hay muchos terrenos disponibles. Esto va a seguir creciendo”, añade Isaías González, que trabaja en un mercado con varios negocios. “El pavimento avanzó un montón en esta zona y eso trajo ventajas para los vecinos, para llegar a sus casas. Eso también hizo que aparecieran más negocios y servicios”, describe.
Un poco de historia
San José se formó en torno al ex ingenio azucarero que llevaba el mismo nombre. Fue uno de los primeros que tuvo la provincia. Había sido fundado en 1848, por José Frías, y cerró en 1967, meses después de la crisis que se desató cuando el Gobierno militar ordenó la intervención de siete fábricas azucareras.
De la antigua estructura perduran parte del chalet del fundador -donde funciona actualmente la Sociedad Rural de Tucumán- y un cobertizo. Tras el cierre del ingenio, las tierras de los alrededores se fueron ocupando progresivamente con distintos asentamientos precarios y barrios con nulos o escasos servicios básicos satisfechos. Su urbanización no fue ordenada ni mucho menos planificada.
Los vecinos describen que San José ha estado siempre marcado por el movimiento en el Camino del Perú. Y aseguran que se trata de una zona muy postergada. Antes dependían de la comuna de Cevil Redondo. Pero desde hace dos décadas aproximadamente, pasaron a manos de la Municipalidad de Yerba Buena, que creó una delegación especial en la zona para atender las necesidades de al menos unos 20 barrios, entre los nuevos y los que ya tienen muchos años de vida.
Liliana López cuenta que cuando ella era chica y llegó a San José, hace unos 35 años, era la ciudad de los árboles. “Cada casa tenía por lo menos tres”, recuerda. “Las calles eran muy tranquilas. Cada tanto pasaba un auto y los niños jugábamos sin sobresaltos. Eso ya se perdió”, remarca. Se refiere al constante tráfico que ahora caracteriza a las vías internas de los barrios. Aunque no reniega porque gracias a eso ahora hay más pavimento. La clave, según afirma, es que estas obras no solo cambien el paisaje, sino que también mejoren la calidad de vida en todos los rincones de la zona y no solamente donde se están construyendo nuevos emprendimientos.
Las obras
La transformación de San José avanza con ritmo sostenido, según explica Esteban Auad, secretario de Obras Públicas de Yerba Buena. “La diagonal del barrio El Bernel, una arteria clave para la circulación interna, está cerca de ser completamente pavimentada. Es una obra muy esperada, que veníamos proyectando desde hace tiempo”, remarca.
Describe que la calzada, de gran amplitud, contará además con iluminación LED en toda su extensión. “Empalmamos esta obra con la pavimentación de calle San Martín, que conecta con la avenida Fanzolato. La idea es mejorar la circulación para quienes vienen desde Tafí Viejo y Cevil Redondo, brindando alternativas al congestionado Camino del Perú”, resalta Auad.
El funcionario cuenta que el plan urbano busca generar vías de acceso para descomprimir el tránsito. Como parte de esta estrategia, se prevé para 2027 acondicionar la calle Los Cerezos (que atraviesa el barrio San Expedito, en San José). Esta arteria y la San Martín conectarán con desarrollos urbanos recientes y permitirán llegar más rápido a la ruta 315 o a Yerba Buena desde el norte.
Según detalla Auad, la expansión de Yerba Buena hacia el norte ha estado condicionada por límites geográficos y administrativos. En la zona, algunas urbanizaciones privadas, ya pertenecientes a Villa Carmela, funcionan como “tapones” que dificultan la apertura de nuevas calles. “Hubo desarrollos que no dejaron espacio para la continuidad de las arterias. Hoy lo estamos corrigiendo en el nuevo código urbanístico”, señala.
Ese código establece, entre otras cosas, que ningún barrio cerrado podrá superar los 250 metros sin dejar paso a una vía pública (es para asegurar la conectividad de la ciudad y evitar barreras físicas enormes como ocurre en la actualidad). También se exige que los lotes del perímetro estén abiertos a la calle, con frentes habitables o comerciales. “Queremos evitar la sensación de estar circulando por un callejón de muros”, resume.
Crecimiento
La intervención en San José no se limita al pavimento. La iluminación LED, la mejora de plazas como la recientemente bautizada Gendarmería Nacional y la reparación de paños deteriorados en calles interiores también forman parte del trabajo diario, sostiene Auad. “Todo esto mejora la calidad de vida y da más seguridad. Tenemos varios sectores que necesitan intervención”, admite.
El funcionario remarca que hasta hace apenas unos años San José ni siquiera era formalmente parte del municipio de Yerba Buena. Y aunque no le gusta usar la palabra postergación, reconoce que es cierto que hubo zonas donde el desarrollo urbano no llegó como debía.
Ahora, el crecimiento habitacional y comercial en la zona es evidente, especialmente en la zona de la avenida Fanzolato. “Ya se inició un nuevo loteo abierto, que se suma a otros dos barrios. Además, hay dos desarrollos privados en conversación para continuar el trazado de esta avenida”, adelanta.
Si esto prospera, la arteria podría conectarse con el Camino del Perú en el futuro. Hay unos 400 metros que dependen de Yerba Buena y otros 200 que ya están en jurisdicción de la comuna de Cevil Redondo .
“La idea es acompañar ese crecimiento con planificación. Donde hay nuevos vecinos, tiene que haber calles transitables, buena iluminación, acceso al transporte y servicios”, concluye. Y sus palabras encienden la ilusión de los vecinos de que por fin podrán algún día dejar atrás la etiqueta de barrio olvidado.
Cifras de Yerba Buena
- 35,6% más de habitantes sumó el municipio, que ya superó la barrera de los 100.000 residentes.
- 55% aumentó la cantidad de viviendas en la “Ciudad Jardín” en 12 años.
- 29.000 viviendas, aproximadamente, tiene Yerba Buena.
- 104 barrios hay en total; 57 son barrios privados y hay 10 countries.
Sin respuestas: vivieron épocas de gran desasociego
Los pobladores de San José recuerdan los años del cierre del ingenio como una época de gran desasosiego. Las fincas de caña que había alrededor de la fábrica se fueron vendiendo. Ese año, 1967, no fue sólo el fin de una fuente laboral, sino que representó asimismo el fin de un mundo asociado al azúcar, a su producción, a sus costumbres, a su entorno. “Esto se volvió un desierto. No había dónde ‘pucheriar’. Todo era amargura... una amargura que no olvido más”, relató Rubén Pulido, en una nota de LA GACETA publicada en agosto de 2016. Los vecinos hicieron numerosos reclamos para pedir mejoras para los vecindarios y que el Estado abriera una fábrica que les ofreciera salida laboral. Pero sólo hubo promesas.
Críticas: falta ordenamiento territorial, según expertos
Los urbanistas vienen remarcando desde ha tiempo que la zona de San José, en el norte de Yerba Buena, es una de las que más está creciendo. Y hacen un llamado de atención: la ocupación del suelo se da principalmente bajo el tipo de urbanizaciones cerradas. Esto tiene un impacto ambiental y también produce fragmentación socioterritorial, señalan. A comienzos de este año, la arquitecta Claudia Gómez López, del Centro de Estudios del Territorio y Hábitat Popular (Cetyap) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, criticó que en la zona se vendan terrenos en zonas sin urbanizar y con un acceso irregular a servicios tan importantes como el del agua potable. “Urge hacer un plan de ordenamiento metropolitano que regule los usos del suelo”, planteó. Sobre el tema del agua, dijo que es un sector que está por arriba de la cota de abastecimiento de El Cadillal (que además no da abasto) y que no hay ningún proyecto a corto o mediano plazo para resolver el acceso al liquido esencial.
Administración: idas y vueltas entre la comuna y el municipio
Yerba Buena funcionó como una comuna rural hasta diciembre de 1978. Ese año se transformó en Municipalidad. San Javier fue entonces separada de su órbita administrativa conformándose en Comuna de San Javier, al igual que la zona de San José que pasó a integrar la Comuna de Cevil Redondo. Años más tarde, en el censo de 2001, San José ya es considerada nuevamente como parte de Yerba Buena.